PLANTAS NUCLEARES
Una fuga radiactiva de peligroso nivel, procedente de una planta planta atómica dañada, forzó a Japón a ordenar que 140.000 residentes de zonas adyacentes se encierren en sus casas después que una explosión y un incendio empeoraron dramáticamente la crisis provocada por un maremoto.
En un discurso televisado a nivel nacional, el primer ministro Naoto Kan, dijo que la radiación se había esparcido desde los cuatro reactores de la planta nuclear Fukushima Dai-ichi en la provincia de Fukushima, una de las más afectadas por el terremoto de magnitud 9 que fue seguido por un maremoto, dejando más de 10.000 muertos, millones de personas en la miseria y asestó un duro golpe a la tercera economía mundial.
De todos modos, según la Organización Mundial de la Meteorología (OMM), los vientos están alejando de Japón hacia el este la amenaza de una nube radiactiva. "En el momento actual no hay implicaciones en tierra para Japón u otros países. Por ahora todas las implicaciones meteorológicas son hacia el mar abierto. El viento está dispersando las partículas radiactivas hacia el océano", señaló una portavoz del organismo en conferencia de prensa.
Las autoridades elevaron hoy a casi 6.500 los muertos y desaparecidos, y situaron en 25.000 los rescatados por el terremoto y posterior tsumani del viernes, mientras que cada vez son mayores los problemas de abastecimiento para los supervivientes (ver Japón: hay compras por pánico...). Previamente, las autoridades dijeron que por lo menos 10.000 personas han fallecido solo en la provincia de Miyagi.
Pánico. Aunque Kan y otros funcionarios instaron a la calma, los acontecimientos de hoy provovaron un creciente pánico en Japón y en el resto del mundo en medio de una general incertidumbre sobre lo que sucederá después.
La Agencia Internacional de Energía Atómica dijo que las autoridades japonesas indicaron que el incendio fue en un estanque de almacenamiento, una piscina donde los desechos del combustible nuclear se mantienen fríos, y que esa "radiactividad está siendo liberada directamente a la atmósfera".
En el peor de los casos, el núcleo del reactor podría fusionarse por completo, un desastre que provocaría la liberación de una vasta cantidad de radiación en la atmósfera.
Más tarde, Hidehiko Nishiyama, un funcionario de seguridad atómica, dijo que el agua dentro de la piscina de desechos de combustible atómico del reactor dañado en la planta de energía atómica Fukushima Dai-ichi, podría estar hirviendo.
Alta radiactividad. Las autoridades al sur de Fukushima informaron hoy por la mañana que el nivel de radiación era 100 veces mayor que el normal, informó la agencia de noticias Kyodo News.
Indicaron que ese nivel aunque es preocupante si las personas se exponen a la radiación por un tiempo prolongado, ésta no tiene visos de ser letal.
En Tokio también se reportó un ligeramente elevado nivel de radiación pero las autoridades dijeron que el incremento era demasiado pequeño para que significara una amenaza para los 39 millones de habitantes dentro y fuera de la capital, situada a 270 kilómetros (170 millas) de distancia.
Fueron tres los reactores de la planta nuclear quedaron en una grave situación después del terremoto del viernes, perdiendo su capacidad de refrigeración y provocando una fuga radiactiva. Un cuarto reactor que no estaba en operación se incendió hoy y la radiación ha empeorado, indicó el secretario del Gabinete Yukio Edano.
Ginebra, Suiza.- La Organización Mundial de la Salud (OMS) manifestó preocupación por el anuncio del gobierno japonés de la fuga de materiales radiactivos a la atmósfera y afirmó estar de acuerdo con las medidas tomadas por Tokio.
“La situación evoluciona rápidamente y la OMS está muy preocupada por el impacto que esto pueda tener en la salud humana”, dijo María Neira, directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS.
Afirmó que la OMS está de acuerdo con las medidas adoptadas por el gobierno japonés de desalojar a los residentes en un radio de 30 kilómetros alrededor de la central nuclear de Fukushima, o aconsejarles permanecer en el interior de sus casas.
“Todos hemos oído al primer ministro esta madrugada decir que ahora sí había sustancias radiactivas, y entendemos que las recomendaciones de evacuar a la población en un radio de 30 kilómetros y solicitar que las personas se queden en sus casas son recomendaciones de salud pública con las que estamos de acuerdo”, agregó.
La OMS aclaró que la relación entre radiación y riesgos para la salud depende de la exposición, que depende a su vez de la cantidad de radiación liberada, las condiciones meteorológicas, la dirección del viento, la distancia a que se encuentre alguien de la central y el tiempo que permanezca en zonas irradiadas.
Neira declaró que los 40 centros colaboradores de la Red de Asistencia para Emergencias Médicas relacionadas con la Radiación se mantienen vigilantes de la situación y “todos los planes de preparación y respuesta ante una posible crisis nuclear están bien definidos, lo cual nos da una ventaja en cuanto a los pasos a tomar”.
Por otra parte, esta mañana la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), con sede en Viena, señaló que el gobierno de Japón informó al organismo que un estanque de almacenamiento de combustible nuclear usado se había incendiado en la central afectada y que está emitiendo radiactividad “directamente” a la atmósfera.
Según informes del gobierno japonés se registraron índices de dosis de hasta 400 milisieverts en la central nuclear de Fukushima.
Los informes apuntan a la posibilidad de que el incendio lo haya causado “una explosión de hidrógeno”.
La operadora de la planta, Tokyo Electric Power (TEPCO), reconoció una potencial fusión del núcleo del reactor, mientras el nivel de radiactividad en la entrada de la central llegó a marcar los 8.217 microsievert por hora, muy por encima de los 1.000 microsievert al año establecidos como límite seguro.
Mientras tanto, en las inmediaciones de la unidad del reactor 3, que también sufrió ayer una explosión por hidrógeno, la radiactividad llegó a tocar 400 veces el nivel considerado seguro.
En este reactor también se teme una fusión del núcleo a causa del fallo del sistema de refrigeración, pese a la inyección de agua marina con boro y a que se está liberando vapor de forma controlada para rebajar la temperatura y presión.
La situación la complicó un incendio, ya extinguido, en la piscina de combustible del reactor 4, que estaba apagado por mantenimiento cuando ocurrió el terremoto.
Las piscinas sirven para guardar el combustible ya utilizado sumergido en agua a fin de evitar su sobrecalentamiento. Si el nivel del agua baja, la subida de temperatura puede llegar a provocar el fuego y, por tanto, nubes de material radiactivo, según los expertos.
El incendio de la piscina de la unidad 4 (aparentemente causada por una explosión de hidrógeno) hizo que los niveles de radiactividad llegaran a superar hasta cien veces el límite permitido, pero luego disminuyeron, según el ministro portavoz, Yukio Edano, que negó que hubiera una fuga en este reactor.
No obstante, Edano advirtió de que los niveles en la central son lo suficientemente altos como para ser perjudiciales para la salud.
En la planta de Fukushima luchan por controlar los múltiples focos de crisis un puñado de operarios, después de que el grueso, unos 800, fueran evacuados ante la subida del nivel de radiactividad en el recinto, mientas TEPCO indicó que la radiación es demasiado alta para que sus empleados permanezcan en las salas de control.
Los residentes en un perímetro de 20 kilómetros alrededor de la central, unos 200.000, fueron evacuados desde el fin de semana, mientras que hoy el Gobierno extendió el área de alerta hasta los 30 kilómetros.
Ese radio ha sido decretado como zona de exclusión aérea. Además, a los vecinos que permanecen a entre 20 y 30 kilómetros de la planta se les ha urgido a no salir de sus casas, cerrar las ventanas y apagar los sistemas de ventilación.
Las consecuencias del accidente en la central nuclear de Fukushima se ha convertido en la gran preocupación de un Japón aún conmocionado por los efectos del terremoto y el tsunami posterior, que causó más de 10.000 muertos o desaparecidos.
Los niveles de radiación han aumentado en amplias zonas, incluida Tokio, donde se han detectado pequeñas cantidades de sustancias radiactivas como cesio, aunque el Gobierno Metropolitano insiste en que los niveles todavía no suponen un riesgo para la salud.
Japón cuenta con medio centenar de centrales nucleares en su territorio, de las que once quedaron detenidas de forma automática tras el seísmo, lo que obligó a decretar desde este lunes cortes rotatorios de electricidad en Tokio y las provincias cercanas, que durarán hasta abril.
El primer ministro de Japón dijo hoy que los niveles de radiactividad aumentaron en torno a una planta nuclear dañada por un terremoto luego de explosiones en dos reactores, e indicó que está aumentando el riesgo de filtración radiactiva.
Naoto Kan instó a las personas en un radio de 30 kilómetros en torno a la instalación, ubicada en el norte de Tokio, a que no salieran al exterior y la Embajada francesa en la capital advirtió en un aviso que un viento de bajo nivel radiactivo podría llegar a Tokio dentro de diez horas.
El operador del reactor pidió ayuda al Ejército estadounidense, mientras que la agencia de noticias Kyodo dijo que se detectaron brevemente niveles de radiación nueve veces mayores que lo normal en Kanagawa, cerca de Tokio.
Se han registrado cuatro explosiones en la planta desde que esta fue dañada el viernes por el terremoto y el tsunami. Previamente las autoridades trataban de evitar una fusión en tres reactores nucleares de la planta llenando las cámaras con agua marina para enfriarlos.
La agencia de noticias Jiji dijo que la primera explosión del martes había dañado el techo del reactor y que se observaba vapor saliendo del complejo.
También informó que se ordenó a algunos trabajadores que abandonaran la planta, un hecho que un experto había señalado podría indicar una etapa más grave de la crisis.
El accidente nuclear, el peor desde el desastre de Chernóbil en 1986, provocó críticas de que las autoridades estaban mal preparadas para un terremoto tan potente y para la amenaza que podría suponer para la industria nuclear del país.
Aunque hubo derretimientos parciales de las barras de combustible en los reactores uno y tres de la planta Fukushima, el operador de la planta, Tokyo Electric Power, dijo que la situación en el reactor número dos era peor que en las otras unidades.
El director general de la Agencia Nuclear de la ONU (OIEA), el japonés Yukiya Amano, afirmó que es “poco probable” que Fukushima se convierta en una nueva Chernóbil.
El jefe de la AIEA explicó que los reactores de Fukushima fueron cerrados automáticamente el viernes, luego del terremoto y el tsunami, de modo que “no se está produciendo una reacción en cadena” como ocurrió en Chernóbil.
Pero el presidente de la Autoridad de la Seguridad Nuclear (ASN) de Francia, André-Claude Lacoste, aseguró que el accidente de Fukushima podría ser de nivel 5, es decir, provoca “un escape limitado” de radiactividad; o 6, “un accidente grave”. Incluso señaló que no se puede “excluir” que alcance a 7, el escalón máximo de catástrofe, es decir, un desastre similar al de Chernóbil, sobre el nivel 4 que admite Japón.
El experto francés en seguridad atómica aseguró que “no hay duda de que se ha producido un principio de fusión del núcleo de los reactores 1 y 3 de la central”, y también del número 2, y vaticinó que “estamos al principio de una crisis que podría durar semanas”.
Una mínima contaminación radiactiva se detectó ayer en el portaaviones Ronald Reagan, a más de 150 km de la costa de Japón, enviado por EE.UU. para ayudar en el rescate.
Una caída súbita en los niveles de agua para enfriamiento cuando una válvula se quedó sin combustible expuso completamente las varillas por un momento, dijo un funcionario.
Casi 850.000 hogares estaban sin energía en el norte del país, según la compañía Tohuku Electric Power, y el gobierno dijo que al menos 1,5 millones no tenían agua potable. Decenas de miles de personas permanecían desaparecidas.
La nación japonesa vio cómo pueblos y ciudades fueron borrados del mapa por un muro de agua, lo que desencadenó un esfuerzo internacional de ayuda humanitaria de proporciones épicas.
En Tokio, los trenes de pasajeros estaban interrumpidos y los camiones no podían hacer entregas de suministros, mientras los supermercados tenían las perchas vacías.
Las estimaciones del impacto económico están recién comenzando a surgir. Hiromichi Shirakawa, economista jefe de Japón en el Credit Suisse, dijo a clientes que las pérdidas oscilarían entre 171.000 y 183.000 millones de dólares solo en la región afectada por el sismo y el tsunami.
¿Qué significa un nivel 6 de alerta nuclear? ¿Y el 7, el más alto? Los accidentes que se están viviendo en la central nuclear de Fukushima ha elevado la alerta de la escala INES, instrumento que se usa en todo el mundo para establecer la información de los sucesos nucleares.
Según la escala de Agencia Internacional Atómica, los sucesos nucleares se clasifican en siete niveles. Del 1 al 3 se consideran "incidentes", mientras que del 4 al 7 se habla de "accidentes" -Fukushima se encuentra en el nivel 6-. Cada ascenso de nivel en la escala indica que la gravedad de los sucesos es, aproximadamente, diez veces superior a la anterior.
Japón: nueva fuga en planta nuclear eleva 100 veces la radiactividad
Unos 140.000 residentes de zonas adyacentes no pueden salir de sus casas. Las autoridades dicen que la nube radiactiva está siendo alejada por los vientos.
Una fuga radiactiva de peligroso nivel, procedente de una planta planta atómica dañada, forzó a Japón a ordenar que 140.000 residentes de zonas adyacentes se encierren en sus casas después que una explosión y un incendio empeoraron dramáticamente la crisis provocada por un maremoto.
En un discurso televisado a nivel nacional, el primer ministro Naoto Kan, dijo que la radiación se había esparcido desde los cuatro reactores de la planta nuclear Fukushima Dai-ichi en la provincia de Fukushima, una de las más afectadas por el terremoto de magnitud 9 que fue seguido por un maremoto, dejando más de 10.000 muertos, millones de personas en la miseria y asestó un duro golpe a la tercera economía mundial.
De todos modos, según la Organización Mundial de la Meteorología (OMM), los vientos están alejando de Japón hacia el este la amenaza de una nube radiactiva. "En el momento actual no hay implicaciones en tierra para Japón u otros países. Por ahora todas las implicaciones meteorológicas son hacia el mar abierto. El viento está dispersando las partículas radiactivas hacia el océano", señaló una portavoz del organismo en conferencia de prensa.
Las autoridades elevaron hoy a casi 6.500 los muertos y desaparecidos, y situaron en 25.000 los rescatados por el terremoto y posterior tsumani del viernes, mientras que cada vez son mayores los problemas de abastecimiento para los supervivientes (ver Japón: hay compras por pánico...). Previamente, las autoridades dijeron que por lo menos 10.000 personas han fallecido solo en la provincia de Miyagi.
Pánico. Aunque Kan y otros funcionarios instaron a la calma, los acontecimientos de hoy provovaron un creciente pánico en Japón y en el resto del mundo en medio de una general incertidumbre sobre lo que sucederá después.
La Agencia Internacional de Energía Atómica dijo que las autoridades japonesas indicaron que el incendio fue en un estanque de almacenamiento, una piscina donde los desechos del combustible nuclear se mantienen fríos, y que esa "radiactividad está siendo liberada directamente a la atmósfera".
En el peor de los casos, el núcleo del reactor podría fusionarse por completo, un desastre que provocaría la liberación de una vasta cantidad de radiación en la atmósfera.
Más tarde, Hidehiko Nishiyama, un funcionario de seguridad atómica, dijo que el agua dentro de la piscina de desechos de combustible atómico del reactor dañado en la planta de energía atómica Fukushima Dai-ichi, podría estar hirviendo.
Alta radiactividad. Las autoridades al sur de Fukushima informaron hoy por la mañana que el nivel de radiación era 100 veces mayor que el normal, informó la agencia de noticias Kyodo News.
Indicaron que ese nivel aunque es preocupante si las personas se exponen a la radiación por un tiempo prolongado, ésta no tiene visos de ser letal.
En Tokio también se reportó un ligeramente elevado nivel de radiación pero las autoridades dijeron que el incremento era demasiado pequeño para que significara una amenaza para los 39 millones de habitantes dentro y fuera de la capital, situada a 270 kilómetros (170 millas) de distancia.
Fueron tres los reactores de la planta nuclear quedaron en una grave situación después del terremoto del viernes, perdiendo su capacidad de refrigeración y provocando una fuga radiactiva. Un cuarto reactor que no estaba en operación se incendió hoy y la radiación ha empeorado, indicó el secretario del Gabinete Yukio Edano.
Ginebra, Suiza.- La Organización Mundial de la Salud (OMS) manifestó preocupación por el anuncio del gobierno japonés de la fuga de materiales radiactivos a la atmósfera y afirmó estar de acuerdo con las medidas tomadas por Tokio.
“La situación evoluciona rápidamente y la OMS está muy preocupada por el impacto que esto pueda tener en la salud humana”, dijo María Neira, directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS.
Afirmó que la OMS está de acuerdo con las medidas adoptadas por el gobierno japonés de desalojar a los residentes en un radio de 30 kilómetros alrededor de la central nuclear de Fukushima, o aconsejarles permanecer en el interior de sus casas.
“Todos hemos oído al primer ministro esta madrugada decir que ahora sí había sustancias radiactivas, y entendemos que las recomendaciones de evacuar a la población en un radio de 30 kilómetros y solicitar que las personas se queden en sus casas son recomendaciones de salud pública con las que estamos de acuerdo”, agregó.
La OMS aclaró que la relación entre radiación y riesgos para la salud depende de la exposición, que depende a su vez de la cantidad de radiación liberada, las condiciones meteorológicas, la dirección del viento, la distancia a que se encuentre alguien de la central y el tiempo que permanezca en zonas irradiadas.
Neira declaró que los 40 centros colaboradores de la Red de Asistencia para Emergencias Médicas relacionadas con la Radiación se mantienen vigilantes de la situación y “todos los planes de preparación y respuesta ante una posible crisis nuclear están bien definidos, lo cual nos da una ventaja en cuanto a los pasos a tomar”.
Por otra parte, esta mañana la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), con sede en Viena, señaló que el gobierno de Japón informó al organismo que un estanque de almacenamiento de combustible nuclear usado se había incendiado en la central afectada y que está emitiendo radiactividad “directamente” a la atmósfera.
Según informes del gobierno japonés se registraron índices de dosis de hasta 400 milisieverts en la central nuclear de Fukushima.
Los informes apuntan a la posibilidad de que el incendio lo haya causado “una explosión de hidrógeno”.
Japón teme una fuga masiva de radiactividad en la central de Fukushima
La planta entró hoy en una fase crítica tras un incendio y una nueva explosión, lo que pudo afectar a su sistema de contención
El Gobierno japonés ha declarado un radio de exclusión aérea de 30 kilómetros
Los niveles de radiación han aumentado en amplias zonas, incluida Tokio, donde se han detectado pequeñas cantidades de sustancias radiactivas como cesio
EFE. Tokio (Japón) Martes, 15 de marzo de 2011 - 14:24 h.
La situación en la planta nuclear de Fukushima en Japón entró hoy en fase crítica tras un incendio y una nueva explosión que desataron el temor a una fuga masiva de radiactividad y la declaración de un radio de exclusión aérea de 30 kilómetros. La situación más grave parece concentrarse en los reactores 2 y 3 de esa central, donde a primera hora de hoy tuvo lugar una explosión que, además de dañar el edificio de la unidad 2, parece haber afectado a su sistema de contención.
El ministro portavoz, Yukio Edano, consideró muy probable que esté dañado y advirtió de que los niveles de radiación de la central son lo suficientemente altos como para ser perjudiciales para la salud.La operadora de la planta, Tokyo Electric Power (TEPCO), reconoció una potencial fusión del núcleo del reactor, mientras el nivel de radiactividad en la entrada de la central llegó a marcar los 8.217 microsievert por hora, muy por encima de los 1.000 microsievert al año establecidos como límite seguro.
Mientras tanto, en las inmediaciones de la unidad del reactor 3, que también sufrió ayer una explosión por hidrógeno, la radiactividad llegó a tocar 400 veces el nivel considerado seguro.
En este reactor también se teme una fusión del núcleo a causa del fallo del sistema de refrigeración, pese a la inyección de agua marina con boro y a que se está liberando vapor de forma controlada para rebajar la temperatura y presión.
La situación la complicó un incendio, ya extinguido, en la piscina de combustible del reactor 4, que estaba apagado por mantenimiento cuando ocurrió el terremoto.
Las piscinas sirven para guardar el combustible ya utilizado sumergido en agua a fin de evitar su sobrecalentamiento. Si el nivel del agua baja, la subida de temperatura puede llegar a provocar el fuego y, por tanto, nubes de material radiactivo, según los expertos.
El incendio de la piscina de la unidad 4 (aparentemente causada por una explosión de hidrógeno) hizo que los niveles de radiactividad llegaran a superar hasta cien veces el límite permitido, pero luego disminuyeron, según el ministro portavoz, Yukio Edano, que negó que hubiera una fuga en este reactor.
No obstante, Edano advirtió de que los niveles en la central son lo suficientemente altos como para ser perjudiciales para la salud.
En la planta de Fukushima luchan por controlar los múltiples focos de crisis un puñado de operarios, después de que el grueso, unos 800, fueran evacuados ante la subida del nivel de radiactividad en el recinto, mientas TEPCO indicó que la radiación es demasiado alta para que sus empleados permanezcan en las salas de control.
Los residentes en un perímetro de 20 kilómetros alrededor de la central, unos 200.000, fueron evacuados desde el fin de semana, mientras que hoy el Gobierno extendió el área de alerta hasta los 30 kilómetros.
Ese radio ha sido decretado como zona de exclusión aérea. Además, a los vecinos que permanecen a entre 20 y 30 kilómetros de la planta se les ha urgido a no salir de sus casas, cerrar las ventanas y apagar los sistemas de ventilación.
Las consecuencias del accidente en la central nuclear de Fukushima se ha convertido en la gran preocupación de un Japón aún conmocionado por los efectos del terremoto y el tsunami posterior, que causó más de 10.000 muertos o desaparecidos.
Los niveles de radiación han aumentado en amplias zonas, incluida Tokio, donde se han detectado pequeñas cantidades de sustancias radiactivas como cesio, aunque el Gobierno Metropolitano insiste en que los niveles todavía no suponen un riesgo para la salud.
Japón cuenta con medio centenar de centrales nucleares en su territorio, de las que once quedaron detenidas de forma automática tras el seísmo, lo que obligó a decretar desde este lunes cortes rotatorios de electricidad en Tokio y las provincias cercanas, que durarán hasta abril.
OMM : Vientos están dispersando al océano la amenaza nuclear
EFE | GINEBRA, SuizaLos vientos están alejando de Japón hacia el este la amenaza de una nube radiactiva tras el accidente en la planta nuclear de Fukushima, indicó hoy la Organización Mundial de la Meteorología (OMM).
"En el momento actual no hay implicaciones en tierra para Japón u otros países. Por ahora todas las implicaciones meteorológicas son hacia el mar abierto. El viento está dispersando las partículas radiactivas hacia el océano", señaló una portavoz del organismo en conferencia de prensa.
No obstante, indicó que las condiciones de los vientos son muy cambiantes y que "la situación puede fluctuar en los próximos días".
"En el momento actual no hay implicaciones en tierra para Japón u otros países. Por ahora todas las implicaciones meteorológicas son hacia el mar abierto. El viento está dispersando las partículas radiactivas hacia el océano", señaló una portavoz del organismo en conferencia de prensa.
No obstante, indicó que las condiciones de los vientos son muy cambiantes y que "la situación puede fluctuar en los próximos días".
Japón pide auxilio a los expertos del Organismo de Energía Atómica
- La central informa de la posible fusión del núcleo de uno de los reactores de la planta
- Intentan recuperar el nivel del líquido que refrigera el combustible nuclear con inyecciones de agua marina
- El edificio de contención que protege el reactor evitaría escapes radiactivos a la atmósfera
- Las autoridades niponas distribuyen 230.000 unidades de yodo entre los centros de evacuación
Japón ha pedido oficialmente al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) el envío de un equipo de expertos tras las explosiones en la central nuclear de Fukushima, según ha declarado este lunes el director general de la agencia de la ONU, Yukiya Amano.
"El Gobierno japonés ha pedido al organismo que envíe un grupo de expertos. Estamos discutiendo con Japón los detalles", ha declarado Amano.
Esta mañana, la empresa operadora de la central nuclear de Fukushima, TEPCO, informaba de la posible fusión del núcleo de uno de los reactores de la planta, tras un descenso del nivel del agua que cubría el combustible nuclear y que permite controlar su temperatura. Si llega a producirse la fusión se trataría de un accidente grave dentro del reactor, sin embargo, una primera barrera de confinamiento -una especie de vasija de acero- y el edificio de contención que protege la zona peligrosa bloquearía la liberación de material radiactivo a la atmósfera.
En el reactor, donde se produce la reacción que genera el calor suficiente para obtener energía, podría producirse una fusión del núcleo por un aumento de potencia o por la imposibilidad de ser enfriado. Según Tokyo Electric Power (TEPCO), las barras de uranio de la central japonesa podrían haber registrado una fusión parcial a causa del sobrecalentamiento en ese reactor, el número 2, por un fallo del sistema de refrigeración.
La empresa también confirmó que la fusión pudo producirse en un momento en el que las barras quedaron totalmente expuestas al bajar el nivel del agua que las rodeaba, cuando la bomba que inyectaba el líquido al reactor se detuvo por falta de combustible.
En esa situación, se produjo una situación de sobrecalentamiento que podría haber provacado la fusión. Aunque, según las mismas fuentes, posteriormente, los niveles de agua se recuperaron hasta cubrir 30 centímetros la parte inferior de las barras.
Si se produce una fusión del núcleo, la reacción nuclear dejaría de estar controlada y se liberarían materiales radioactivos dentro de la primera barrera de contención que envuelve el reactor. Si esta primera protección fallara, el escape pasaría al edificio de contención -una estructura de hormigón construida para mantener aislado y protegido el reactor del exterior- y que, mientras permanezca cerrado, evitaría la salida de la contaminación al exterior.
El problema grave podría darse si en algún momento resultara imposible aliviar la presión que podría sufrir la estructura de contención que envuelve el reactor herméticamente. Los expertos deberán, entonces, hallar la forma de ventilar el edificio tratando de evitar fugas grandes.
El Gobierno dijo que la explosión, similar a la ocurrida el sábado en el reactor 1, no fue nuclear sino química, causada por una acumulación de hidrógeno.
También aseguró que no dañó al reactor ni provocó una fuga masiva de radiación, ya que los niveles de radiactividad en torno a la central no parecían haberse disparado tras el accidente.
Japón informó este lunes al Organismo Internacional de Energía Atómica de que ha comenzado a inyectar agua marina en el reactor 2 de la planta nuclear para evitar un sobrecalentamiento del núcleo.
"Las autoridades japonesas han informado al OIEA de que el reactor 2 de Fukushima Daiichi ha experimentado un descenso de los niveles del líquido refrigerante en el núcleo del reactor. Las autoridades han comenzado a inyectar agua de mar en el reactor para mantener la refrigeración", ha explicado la organización en un comunicado difundido en Viena.
Los sistemas de refrigeración de tres reactores de la central están averiados y dos explosiones se produjeron en los reactores 1 y 3, pero el blindaje de contención aguantó y evitó así que saliera radiación a la atmósfera.
Así lo anunció el organismo mediante un comunicado, en el que insistió en que el OIEA está en contacto permanente con las autoridades japonesas para conocer la situación de las cuatro centrales nucleares en la que se han registrado incidentes.
La central nuclear fue dañada por el devastador terremoto y posterior 'tsunami' del pasado viernes en la costa oriental nipona y, para evitar riesgos ante una posible fuga radiactiva, las autoridades han evacuado a 183.000 personas, según el OIEA.
Además, las autoridades niponas han distribuido 230.000 unidades de yodo entre los centros de evacuación, pero todavía no han sido entregadas a los allí desplazados, de acuerdo con la agencia nuclear de la ONU.
"El Gobierno japonés ha pedido al organismo que envíe un grupo de expertos. Estamos discutiendo con Japón los detalles", ha declarado Amano.
Esta mañana, la empresa operadora de la central nuclear de Fukushima, TEPCO, informaba de la posible fusión del núcleo de uno de los reactores de la planta, tras un descenso del nivel del agua que cubría el combustible nuclear y que permite controlar su temperatura. Si llega a producirse la fusión se trataría de un accidente grave dentro del reactor, sin embargo, una primera barrera de confinamiento -una especie de vasija de acero- y el edificio de contención que protege la zona peligrosa bloquearía la liberación de material radiactivo a la atmósfera.
En el reactor, donde se produce la reacción que genera el calor suficiente para obtener energía, podría producirse una fusión del núcleo por un aumento de potencia o por la imposibilidad de ser enfriado. Según Tokyo Electric Power (TEPCO), las barras de uranio de la central japonesa podrían haber registrado una fusión parcial a causa del sobrecalentamiento en ese reactor, el número 2, por un fallo del sistema de refrigeración.
La empresa también confirmó que la fusión pudo producirse en un momento en el que las barras quedaron totalmente expuestas al bajar el nivel del agua que las rodeaba, cuando la bomba que inyectaba el líquido al reactor se detuvo por falta de combustible.
En esa situación, se produjo una situación de sobrecalentamiento que podría haber provacado la fusión. Aunque, según las mismas fuentes, posteriormente, los niveles de agua se recuperaron hasta cubrir 30 centímetros la parte inferior de las barras.
Si se produce una fusión del núcleo, la reacción nuclear dejaría de estar controlada y se liberarían materiales radioactivos dentro de la primera barrera de contención que envuelve el reactor. Si esta primera protección fallara, el escape pasaría al edificio de contención -una estructura de hormigón construida para mantener aislado y protegido el reactor del exterior- y que, mientras permanezca cerrado, evitaría la salida de la contaminación al exterior.
El problema grave podría darse si en algún momento resultara imposible aliviar la presión que podría sufrir la estructura de contención que envuelve el reactor herméticamente. Los expertos deberán, entonces, hallar la forma de ventilar el edificio tratando de evitar fugas grandes.
Explosiones de hidrógeno
Los esfuerzos para controlar los reactores se vieron dificultados por una explosión en el edificio del reactor 3 que dejó 11 heridos, entre ellos siete trabajadores de la central y cuatro militares.El Gobierno dijo que la explosión, similar a la ocurrida el sábado en el reactor 1, no fue nuclear sino química, causada por una acumulación de hidrógeno.
También aseguró que no dañó al reactor ni provocó una fuga masiva de radiación, ya que los niveles de radiactividad en torno a la central no parecían haberse disparado tras el accidente.
Japón informó este lunes al Organismo Internacional de Energía Atómica de que ha comenzado a inyectar agua marina en el reactor 2 de la planta nuclear para evitar un sobrecalentamiento del núcleo.
"Las autoridades japonesas han informado al OIEA de que el reactor 2 de Fukushima Daiichi ha experimentado un descenso de los niveles del líquido refrigerante en el núcleo del reactor. Las autoridades han comenzado a inyectar agua de mar en el reactor para mantener la refrigeración", ha explicado la organización en un comunicado difundido en Viena.
Los sistemas de refrigeración de tres reactores de la central están averiados y dos explosiones se produjeron en los reactores 1 y 3, pero el blindaje de contención aguantó y evitó así que saliera radiación a la atmósfera.
Unidades de yodo
Ante la alerta nuclear desatada, el director general del Organismo de Energía Atómica, Yukiya Amano, está informando de la emergencia nuclear derivada de los accidentes en varias centrales atómicas en Japón.Así lo anunció el organismo mediante un comunicado, en el que insistió en que el OIEA está en contacto permanente con las autoridades japonesas para conocer la situación de las cuatro centrales nucleares en la que se han registrado incidentes.
La central nuclear fue dañada por el devastador terremoto y posterior 'tsunami' del pasado viernes en la costa oriental nipona y, para evitar riesgos ante una posible fuga radiactiva, las autoridades han evacuado a 183.000 personas, según el OIEA.
Además, las autoridades niponas han distribuido 230.000 unidades de yodo entre los centros de evacuación, pero todavía no han sido entregadas a los allí desplazados, de acuerdo con la agencia nuclear de la ONU.
La tercera explosión en Fukushima en 5 días dispara las alarmas
La crisis nuclear en Japón es equivalente al nivel seis de la escala INES, que tiene un máximo de siete escalones, dijo la agencia de noticias Kyodo citando a la Agencia Nuclear de Francia.
El desastre en la planta de Chernobyl de 1986 fue de nivel siete y la crisis de Three Mile Island de categoría cinco.
Según la agencia, los niveles de radiación en el reactor 4 de la planta nuclear japonesa Fukushima Daiichi eran demasiado altos para trabajar con normalidad en la sala de control.
Los trabajadores entraban y salían de la sala para realizar sus labores por no poder permanecer dentro de ella durante mucho tiempo y cumplían las funciones de vigilancia desde otros puntos también.
Japón se enfrenta a la posibilidad de una catástrofe tras la explosión de una planta nuclear que ha causado la fuga de niveles bajos de radiación que se dirigen a Tokio.
Sin embargo, la IAEA indicó que la radiación estaría bajando en sitio nuclear de Japón.
Datos de Japón indican que los niveles de radiactividad han caído fuertemente en una planta de energía nuclear dañada por el terremoto y el tsunami de la semana pasada, dijo este martes el regulador nuclear de la ONU.
La Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés) indicó que una dosis de radiación de nivel de 11,9 milisieverts (mSv) por hora fue observada en la entrada principal de la planta de energía nuclear de Fukushima a las 00:00 GMT del martes.
Seis horas después, la tasa había bajado a 0,6 mSv, dijo en un comunicado la agencia con sede en Viena. La IAEA usa la unidad para medir las dosis de radiación recibidas por las personas.
Japón teme una fuga masiva de radiactividad en la central de Fukushima
Fase crítica
La situación en la planta nuclear de Fukushima en Japón entró hoy en fase crítica tras un incendio y una nueva explosión que desataron el temor a una fuga masiva de radiactividad y la declaración de un radio de exclusión aérea de 30 kilómetros.
La situación más grave parece concentrarse en los reactores 2 y 3 de esa central, donde a primera hora de hoy tuvo lugar una explosión que, además de dañar el edificio de la unidad 2, parece haber afectado a su sistema de contención.
El ministro portavoz, Yukio Edano, consideró muy probable que esté dañado y advirtió de que los niveles de radiación de la central son lo suficientemente altos como para ser perjudiciales para la salud.
La operadora de la planta, Tokyo Electric Power (Tepco), reconoció una potencial fusión del núcleo del reactor, mientras el nivel de radiactividad en la entrada de la central llegó a marcar los 8.217 microsievert por hora, muy por encima de los 1.000 microsievert al año establecidos como límite seguro.
Mientras tanto, en las inmediaciones de la unidad del reactor 3, que también sufrió ayer una explosión por hidrógeno, la radiactividad llegó a tocar 400 veces el nivel considerado seguro.
En este reactor también se teme una fusión del núcleo a causa del fallo del sistema de refrigeración, pese a la inyección de agua marina con boro y a que se está liberando vapor de forma controlada para rebajar la temperatura y presión.
Piscina de combustible
La situación la complicó un incendio, ya extinguido, en la piscina de combustible del reactor 4, que estaba apagado por mantenimiento cuando ocurrió el terremoto.
Las condiciones en la planta atómica dañada se deterioraban aun más este martes, ante la posibilidad de que podría estar hirviendo el agua de una piscina de desechos de combustible atómico de un reactor, dijo funcionario de seguridad atómica del Japón.
Hidehiko Nishiyama, ministro de economía que supervisa la seguridad nuclear dijo hoy a los periodistas que "no podemos negar la posibilidad de que haya agua hirviendo" en la piscina.
Nishiyama trató de evitar hacer declaraciones sobre los posibles riesgos ante la creciente temperatura provocada por la falla de los sistema necesarios para mantener frías las varillas de combustible usado. Indicó que el operador de la planta estudia la situación a fin de resolver el problema.
Las piscinas sirven para guardar el combustible ya utilizado sumergido en agua a fin de evitar su sobrecalentamiento. Si el nivel del agua baja, la subida de temperatura puede llegar a provocar el fuego y, por tanto, nubes de material radiactivo, según los expertos.
El incendio de la piscina de la unidad 4 (aparentemente causada por una explosión de hidrógeno) hizo que los niveles de radiactividad llegaran a superar hasta cien veces el límite permitido, pero luego disminuyeron, según el ministro portavoz, Yukio Edano, que negó que hubiera una fuga en este reactor.
No obstante, Edano advirtió que los niveles en la central son lo suficientemente altos como para ser perjudiciales para la salud.
En la planta de Fukushima luchan por controlar los múltiples focos de crisis un puñado de operarios, después de que el grueso, unos 800, fueran evacuados ante la subida del nivel de radiactividad en el recinto, mientas Tepco indicó que la radiación es demasiado alta para que sus empleados permanezcan en las salas de control.
Evacuación
Los residentes en un perímetro de 20 kilómetros alrededor de la central, unos 200.000, fueron evacuados desde el fin de semana, mientras que hoy el Gobierno extendió el área de alerta hasta los 30 kilómetros.
Ese radio ha sido decretado como zona de exclusión aérea. Además, a los vecinos que permanecen a entre 20 y 30 kilómetros de la planta se les ha urgido a no salir de sus casas, cerrar las ventanas y apagar los sistemas de ventilación.
Las consecuencias del accidente en la central nuclear de Fukushima se ha convertido en la gran preocupación de un Japón aún conmocionado por los efectos del terremoto y el tsunami posterior, que causó más de 10.000 muertos o desaparecidos.
Los niveles de radiación han aumentado en amplias zonas, incluida Tokio, donde se han detectado pequeñas cantidades de sustancias radiactivas como cesio, aunque el Gobierno Metropolitano insiste en que los niveles todavía no suponen un riesgo para la salud.
Japón cuenta con medio centenar de centrales nucleares en su territorio, de las que once quedaron detenidas de forma automática tras el seísmo, lo que obligó a decretar desde este lunes cortes rotatorios de electricidad en Tokio y las provincias cercanas, que durarán hasta abril.
El desastre en la planta de Chernobyl de 1986 fue de nivel siete y la crisis de Three Mile Island de categoría cinco.
Según la agencia, los niveles de radiación en el reactor 4 de la planta nuclear japonesa Fukushima Daiichi eran demasiado altos para trabajar con normalidad en la sala de control.
Los trabajadores entraban y salían de la sala para realizar sus labores por no poder permanecer dentro de ella durante mucho tiempo y cumplían las funciones de vigilancia desde otros puntos también.
Japón se enfrenta a la posibilidad de una catástrofe tras la explosión de una planta nuclear que ha causado la fuga de niveles bajos de radiación que se dirigen a Tokio.
Sin embargo, la IAEA indicó que la radiación estaría bajando en sitio nuclear de Japón.
Datos de Japón indican que los niveles de radiactividad han caído fuertemente en una planta de energía nuclear dañada por el terremoto y el tsunami de la semana pasada, dijo este martes el regulador nuclear de la ONU.
La Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés) indicó que una dosis de radiación de nivel de 11,9 milisieverts (mSv) por hora fue observada en la entrada principal de la planta de energía nuclear de Fukushima a las 00:00 GMT del martes.
Seis horas después, la tasa había bajado a 0,6 mSv, dijo en un comunicado la agencia con sede en Viena. La IAEA usa la unidad para medir las dosis de radiación recibidas por las personas.
Japón teme una fuga masiva de radiactividad en la central de Fukushima
Fase crítica
La situación en la planta nuclear de Fukushima en Japón entró hoy en fase crítica tras un incendio y una nueva explosión que desataron el temor a una fuga masiva de radiactividad y la declaración de un radio de exclusión aérea de 30 kilómetros.
La situación más grave parece concentrarse en los reactores 2 y 3 de esa central, donde a primera hora de hoy tuvo lugar una explosión que, además de dañar el edificio de la unidad 2, parece haber afectado a su sistema de contención.
El ministro portavoz, Yukio Edano, consideró muy probable que esté dañado y advirtió de que los niveles de radiación de la central son lo suficientemente altos como para ser perjudiciales para la salud.
La operadora de la planta, Tokyo Electric Power (Tepco), reconoció una potencial fusión del núcleo del reactor, mientras el nivel de radiactividad en la entrada de la central llegó a marcar los 8.217 microsievert por hora, muy por encima de los 1.000 microsievert al año establecidos como límite seguro.
Mientras tanto, en las inmediaciones de la unidad del reactor 3, que también sufrió ayer una explosión por hidrógeno, la radiactividad llegó a tocar 400 veces el nivel considerado seguro.
En este reactor también se teme una fusión del núcleo a causa del fallo del sistema de refrigeración, pese a la inyección de agua marina con boro y a que se está liberando vapor de forma controlada para rebajar la temperatura y presión.
Piscina de combustible
La situación la complicó un incendio, ya extinguido, en la piscina de combustible del reactor 4, que estaba apagado por mantenimiento cuando ocurrió el terremoto.
Las condiciones en la planta atómica dañada se deterioraban aun más este martes, ante la posibilidad de que podría estar hirviendo el agua de una piscina de desechos de combustible atómico de un reactor, dijo funcionario de seguridad atómica del Japón.
Hidehiko Nishiyama, ministro de economía que supervisa la seguridad nuclear dijo hoy a los periodistas que "no podemos negar la posibilidad de que haya agua hirviendo" en la piscina.
Nishiyama trató de evitar hacer declaraciones sobre los posibles riesgos ante la creciente temperatura provocada por la falla de los sistema necesarios para mantener frías las varillas de combustible usado. Indicó que el operador de la planta estudia la situación a fin de resolver el problema.
Las piscinas sirven para guardar el combustible ya utilizado sumergido en agua a fin de evitar su sobrecalentamiento. Si el nivel del agua baja, la subida de temperatura puede llegar a provocar el fuego y, por tanto, nubes de material radiactivo, según los expertos.
El incendio de la piscina de la unidad 4 (aparentemente causada por una explosión de hidrógeno) hizo que los niveles de radiactividad llegaran a superar hasta cien veces el límite permitido, pero luego disminuyeron, según el ministro portavoz, Yukio Edano, que negó que hubiera una fuga en este reactor.
No obstante, Edano advirtió que los niveles en la central son lo suficientemente altos como para ser perjudiciales para la salud.
En la planta de Fukushima luchan por controlar los múltiples focos de crisis un puñado de operarios, después de que el grueso, unos 800, fueran evacuados ante la subida del nivel de radiactividad en el recinto, mientas Tepco indicó que la radiación es demasiado alta para que sus empleados permanezcan en las salas de control.
Evacuación
Los residentes en un perímetro de 20 kilómetros alrededor de la central, unos 200.000, fueron evacuados desde el fin de semana, mientras que hoy el Gobierno extendió el área de alerta hasta los 30 kilómetros.
Ese radio ha sido decretado como zona de exclusión aérea. Además, a los vecinos que permanecen a entre 20 y 30 kilómetros de la planta se les ha urgido a no salir de sus casas, cerrar las ventanas y apagar los sistemas de ventilación.
Las consecuencias del accidente en la central nuclear de Fukushima se ha convertido en la gran preocupación de un Japón aún conmocionado por los efectos del terremoto y el tsunami posterior, que causó más de 10.000 muertos o desaparecidos.
Los niveles de radiación han aumentado en amplias zonas, incluida Tokio, donde se han detectado pequeñas cantidades de sustancias radiactivas como cesio, aunque el Gobierno Metropolitano insiste en que los niveles todavía no suponen un riesgo para la salud.
Japón cuenta con medio centenar de centrales nucleares en su territorio, de las que once quedaron detenidas de forma automática tras el seísmo, lo que obligó a decretar desde este lunes cortes rotatorios de electricidad en Tokio y las provincias cercanas, que durarán hasta abril.
Una fuga radiactiva por nuevas explosiones en central japonesa
OKUMA, Japón. Imagen aérea de Digital Globe que muestra la central nuclear de Fukushima Daiichi, dañada por el terremoto y tsunami del pasado viernes.
Naoto Kan instó a las personas en un radio de 30 kilómetros en torno a la instalación, ubicada en el norte de Tokio, a que no salieran al exterior y la Embajada francesa en la capital advirtió en un aviso que un viento de bajo nivel radiactivo podría llegar a Tokio dentro de diez horas.
El operador del reactor pidió ayuda al Ejército estadounidense, mientras que la agencia de noticias Kyodo dijo que se detectaron brevemente niveles de radiación nueve veces mayores que lo normal en Kanagawa, cerca de Tokio.
Se han registrado cuatro explosiones en la planta desde que esta fue dañada el viernes por el terremoto y el tsunami. Previamente las autoridades trataban de evitar una fusión en tres reactores nucleares de la planta llenando las cámaras con agua marina para enfriarlos.
La agencia de noticias Jiji dijo que la primera explosión del martes había dañado el techo del reactor y que se observaba vapor saliendo del complejo.
También informó que se ordenó a algunos trabajadores que abandonaran la planta, un hecho que un experto había señalado podría indicar una etapa más grave de la crisis.
El accidente nuclear, el peor desde el desastre de Chernóbil en 1986, provocó críticas de que las autoridades estaban mal preparadas para un terremoto tan potente y para la amenaza que podría suponer para la industria nuclear del país.
Aunque hubo derretimientos parciales de las barras de combustible en los reactores uno y tres de la planta Fukushima, el operador de la planta, Tokyo Electric Power, dijo que la situación en el reactor número dos era peor que en las otras unidades.
El director general de la Agencia Nuclear de la ONU (OIEA), el japonés Yukiya Amano, afirmó que es “poco probable” que Fukushima se convierta en una nueva Chernóbil.
El jefe de la AIEA explicó que los reactores de Fukushima fueron cerrados automáticamente el viernes, luego del terremoto y el tsunami, de modo que “no se está produciendo una reacción en cadena” como ocurrió en Chernóbil.
Pero el presidente de la Autoridad de la Seguridad Nuclear (ASN) de Francia, André-Claude Lacoste, aseguró que el accidente de Fukushima podría ser de nivel 5, es decir, provoca “un escape limitado” de radiactividad; o 6, “un accidente grave”. Incluso señaló que no se puede “excluir” que alcance a 7, el escalón máximo de catástrofe, es decir, un desastre similar al de Chernóbil, sobre el nivel 4 que admite Japón.
El experto francés en seguridad atómica aseguró que “no hay duda de que se ha producido un principio de fusión del núcleo de los reactores 1 y 3 de la central”, y también del número 2, y vaticinó que “estamos al principio de una crisis que podría durar semanas”.
Una mínima contaminación radiactiva se detectó ayer en el portaaviones Ronald Reagan, a más de 150 km de la costa de Japón, enviado por EE.UU. para ayudar en el rescate.
Una caída súbita en los niveles de agua para enfriamiento cuando una válvula se quedó sin combustible expuso completamente las varillas por un momento, dijo un funcionario.
Casi 850.000 hogares estaban sin energía en el norte del país, según la compañía Tohuku Electric Power, y el gobierno dijo que al menos 1,5 millones no tenían agua potable. Decenas de miles de personas permanecían desaparecidas.
La nación japonesa vio cómo pueblos y ciudades fueron borrados del mapa por un muro de agua, lo que desencadenó un esfuerzo internacional de ayuda humanitaria de proporciones épicas.
En Tokio, los trenes de pasajeros estaban interrumpidos y los camiones no podían hacer entregas de suministros, mientras los supermercados tenían las perchas vacías.
Las estimaciones del impacto económico están recién comenzando a surgir. Hiromichi Shirakawa, economista jefe de Japón en el Credit Suisse, dijo a clientes que las pérdidas oscilarían entre 171.000 y 183.000 millones de dólares solo en la región afectada por el sismo y el tsunami.
Lucha contrarreloj para enfriar los tres reactores de la nuclear de Fukushima
Vídeo: Atlas
Imagen de la central de Fukushima durante la explosión. | Afp LAS IMÁGENES DE LA CATÁSTROFE
- El sistema de refrigeración del reactor 2 dejó de funcionar y se ha enfriado con agua de mar
- El accidente ha provocado al menos once heridos, según las últimas informaciones
- El reactor no ha sido dañado, pero no se descarta una posible fuga radiactiva
- El riesgo de este accidente es mayor, por ser el único que utiliza una mezcla de combustible de plutonio
- Se espera que el viento de dirección este lleve la radiación hacia el Pacífico, y no hacia el interior
La dañada central de Fukushima Daiichi sigue en alerta. A la nueva explosión que registraba el reactor número 3 esta madrugada, hay que sumarle que el reactor 1 y 2 se encuentran completamente secos, según la agencia Kyodo, por lo que no tiene sistema de refrigeración para las barras de combustible nuclear.
El pánico volvía a la central esta madrugada cuando se producía una explosión de hidrógeno en el tercer reactor. Se ha tratado del segundo accidente en la central tras la explosión que hizo saltar todas las alarmas el pasado viernes, tras el devastador terremoto y 'tsunami'. 11 personas han resultado heridas, entre ellos al menos un soldado del Ejército japonés, que ha sufrido diversas fracturas.
"El edificio del reactor explotó, pero el contenedor primario no ha resultado dañado. La habitación de control de la unidad tres continúa operativa", recoge un comunicado divulgado por la Agencia Internacional de la Energía Atómica.
En los primeros minutos tras el accidente, el portavoz gubernamental, Yukio Edano, ha explicado que la explosión en el recipiente secundario de contención del reactor no lo ha dañado, si bien no ha descartado la posibilidad de que se haya producido una fuga radiactiva.
Por su parte, la empresa operadora, Tokyo Elecytric Powe Co (TEPCO), ha confirmado que la capa del reactor no se ha visto perjudicada. Edano aseguró que el recipiente primario del reactor está intacto y que a las 11.36 hora local (02.36 GMT), una media hora después de la explosión, el nivel de radiactividad a cinco kilómetros del lugar era similar a la de antes de la explosión.
Además, la piscina del reactor 2 y del 1 de la central nuclear se encuentra ya totalmente vacía de líquido refrigerante, por lo que las barras de combustible nuclear están completamente expuestas y podrían comenzar a calentarse, según ha informado la empresa que gestiona la planta, Tokyo Electric Power.
La falta de refrigerante se debe a que los motores que están siendo utilizados para bombear agua del mar hasta esta piscina se han quedado sin combustible.
Una explosión de las mismas características tuvo lugar el pasado sábado en el reactor 1 de la central nuclear de Fukushima (a unos 240 kilómetros al noreste de Tokio).
El riesgo que entraña la explosión del reactor número tres es más grave, dado que es el único en la planta que utiliza una mezcla de combustible de plutonio, apunta la BBC en su sitio web.
El Gobierno japonés había advertido este domingo de la posibilidad de que tuviera lugar una nueva explosión, tras reconocer varios fallos en los sistemas de refrigeración de los reactores uno, dos y tres que hacían necesaria la inyección de agua marina para su refrigeración. El propio ministro japonés, Naoto Kan, admitió poco antes de que se produjera el nuevo incidente que la situación continuaba siendo "alarmante".
Por su parte, el ministro de Industria francés, Eric Besson, ha afirmado que la situación de la central de Fukushima "es preocupante" y no descarta que se produzca un desastre nuclear.
Así lo anunció el organismo mediante un comunicado, en el que insistió en que el OIEA está en contacto permanente con las autoridades japonesas para conocer la situación de las cuatro centrales nucleares en la que se han registrado incidentes.
Varios medios locales han informado de que se espera que tras la explosión, el viento, que va en dirección este, lleve la radiación hacia el Pacífico, y no hacia el interior del país.
Pese a que se había ordenado evacuar un radio de veinte kilómetros en torno a la central, unas 500 personas que todavía permanecían en ese perímetro en el momento de la explosión están siendo trasladadas a otros lugares, añadió Edano.
La Agencia de Seguridad Nuclear nipona había hecho poco antes un llamamiento para que esos residentes permanecieran en sus casas, cerrasen las ventanas y apagasen los sistemas de ventilación con el fin de evitar una eventual contaminación.
El gobernador de Tokio, Shintaro Ishihara, ha ordenado medir la radiación en la capital. Un portavoz de la empresa operadora de la planta, Tokyo Elecytric Powe Co (TEPCO) ha asegurado que la radiación medida a las 11:44 (hora local), unos 25 minutos después de la explosión, fue de sólo 20 microsievert por hora, muy por debajo de los valores permitidos de 500 microsievert.
El pánico volvía a la central esta madrugada cuando se producía una explosión de hidrógeno en el tercer reactor. Se ha tratado del segundo accidente en la central tras la explosión que hizo saltar todas las alarmas el pasado viernes, tras el devastador terremoto y 'tsunami'. 11 personas han resultado heridas, entre ellos al menos un soldado del Ejército japonés, que ha sufrido diversas fracturas.
"El edificio del reactor explotó, pero el contenedor primario no ha resultado dañado. La habitación de control de la unidad tres continúa operativa", recoge un comunicado divulgado por la Agencia Internacional de la Energía Atómica.
En los primeros minutos tras el accidente, el portavoz gubernamental, Yukio Edano, ha explicado que la explosión en el recipiente secundario de contención del reactor no lo ha dañado, si bien no ha descartado la posibilidad de que se haya producido una fuga radiactiva.
Por su parte, la empresa operadora, Tokyo Elecytric Powe Co (TEPCO), ha confirmado que la capa del reactor no se ha visto perjudicada. Edano aseguró que el recipiente primario del reactor está intacto y que a las 11.36 hora local (02.36 GMT), una media hora después de la explosión, el nivel de radiactividad a cinco kilómetros del lugar era similar a la de antes de la explosión.
Además, la piscina del reactor 2 y del 1 de la central nuclear se encuentra ya totalmente vacía de líquido refrigerante, por lo que las barras de combustible nuclear están completamente expuestas y podrían comenzar a calentarse, según ha informado la empresa que gestiona la planta, Tokyo Electric Power.
Previamente, se había intentado inyectar agua de mar en el núcleo para evitar el peligroso descenso del agua de refrigeración, que debe cubrir totalmente las barras de combustible. La nueva situación implica que el peligro de una fusión del núcleo del reactor ha aumentado considerablemente.
La falta de refrigerante se debe a que los motores que están siendo utilizados para bombear agua del mar hasta esta piscina se han quedado sin combustible.
Una explosión de las mismas características tuvo lugar el pasado sábado en el reactor 1 de la central nuclear de Fukushima (a unos 240 kilómetros al noreste de Tokio).
El riesgo que entraña la explosión del reactor número tres es más grave, dado que es el único en la planta que utiliza una mezcla de combustible de plutonio, apunta la BBC en su sitio web.
El Gobierno japonés había advertido este domingo de la posibilidad de que tuviera lugar una nueva explosión, tras reconocer varios fallos en los sistemas de refrigeración de los reactores uno, dos y tres que hacían necesaria la inyección de agua marina para su refrigeración. El propio ministro japonés, Naoto Kan, admitió poco antes de que se produjera el nuevo incidente que la situación continuaba siendo "alarmante".
Por su parte, el ministro de Industria francés, Eric Besson, ha afirmado que la situación de la central de Fukushima "es preocupante" y no descarta que se produzca un desastre nuclear.
El viento, a favor
Ante la alerta nuclear desatada, el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Yukiya Amano, informará de la emergencia nuclear derivada de los accidentes en varias centrales atómicas en Japón.Así lo anunció el organismo mediante un comunicado, en el que insistió en que el OIEA está en contacto permanente con las autoridades japonesas para conocer la situación de las cuatro centrales nucleares en la que se han registrado incidentes.
Varios medios locales han informado de que se espera que tras la explosión, el viento, que va en dirección este, lleve la radiación hacia el Pacífico, y no hacia el interior del país.
Pese a que se había ordenado evacuar un radio de veinte kilómetros en torno a la central, unas 500 personas que todavía permanecían en ese perímetro en el momento de la explosión están siendo trasladadas a otros lugares, añadió Edano.
La Agencia de Seguridad Nuclear nipona había hecho poco antes un llamamiento para que esos residentes permanecieran en sus casas, cerrasen las ventanas y apagasen los sistemas de ventilación con el fin de evitar una eventual contaminación.
El gobernador de Tokio, Shintaro Ishihara, ha ordenado medir la radiación en la capital. Un portavoz de la empresa operadora de la planta, Tokyo Elecytric Powe Co (TEPCO) ha asegurado que la radiación medida a las 11:44 (hora local), unos 25 minutos después de la explosión, fue de sólo 20 microsievert por hora, muy por debajo de los valores permitidos de 500 microsievert.
Así son los niveles de alerta nuclear
Según la escala de Agencia Internacional Atómica, los sucesos nucleares se clasifican en siete niveles. Del 1 al 3 se consideran "incidentes", mientras que del 4 al 7 se habla de "accidentes" -Fukushima se encuentra en el nivel 6-. Cada ascenso de nivel en la escala indica que la gravedad de los sucesos es, aproximadamente, diez veces superior a la anterior.
- Nivel 1. En este nivel se incluye la sobreexposición de una persona por encima de los niveles de radiación anuales reglamentarios. Problemas menores con componentes de seguridad. Y la pérdida o robo de fuentes radiactivas.
- Nivel 2. Se incluye la exposición de una persona por encima de 10 milisievert o la exposición de un trabajador por encima de los límites anuales reglamentarios. Además, también se establecería el nivel 2 cuando haya niveles de radiación superiores a 50 milisievert a la hora en una zona de operación, contaminación importante dentro de una instalación, fallos importantes de seguridad, aunque sin consecuencias reales o el embalaje inadecuado de una fuente de radiactividad alta.
- Nivel 3. Exposición 10 veces superiores a los niveles anuales en un trabajador, efecto no letal en la salud, por ejemplo quemaduras, contaminación grave en una zona no prevista, pérdida o robo de una fuente de radiactividad alta y error en la manipulación.
- Nivel 4. Liberación menor de materiales radiactivos, una muerte por radiación, fusión de combustible o daño al combustible que provoca una liberación superior al 0,1% del inventario del núcleo, y liberación de cantidades considerables de materiales radiactivos dentro de una instalación.
- Nivel 5. Liberación limitada de materiales radiactivos que requiere la toma de contramedidas, varias muertes por radiación, daños graves en el núcleo del reactor y liberación de importantes cantidades de material radiactivo en una instalación como ocurrió Windscale Pile en Reino Unido en 1957.
- Nivel 6. Liberación importante de materiales radiactivos. Ocurrió en 1957 en la central rusa de Kyshtym. Este es el nivel en el que ahora se encuentra la central de Fukushima
- Nivel 7. Liberación grave de materiales radiactivos con amplios efectos en la salud y el medioambiente, que requiere la aplicación y prolongación de las contramedidas previstas. Este es el caso de la catástrofe de Chernóbil en 1986.
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